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¿PERDÓN?

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 Y en ese mismo momento, me di cuenta de qué clase de persona era en realidad. Yo, que siempre alardeaba de mis virtudes, comprendí en ese mismo instante quién era realmente. Entendí a cuanta gente había hecho daño por mi egoísmo. Sentí lo falsa que había sido con muchas personas, gente a la que critiqué de forma destructiva y que no creo que merecieran aquello, pues solamente habían querido confraternizar conmigo. Y no solamente he actuado con gente que acabara de conocer, lo he realizado con antiguos "amigos/as" e incluso con mi propia familia. Pero lo peor es que he sido falsa conmigo misma, auto engañándome y creyéndome superior a los demás. Y aunque no siempre he estado al cien por cien de mi ánimo, me hacía sentir mucho mejor mi afán narcisista, mi capacidad destructiva en los demás desde un cinismo y una soberbia impropia de un ser humano que, como animal social, debe confraternizar y empatizar con los demás. He podido sentir el daño que he causado en los otros, y simplemente como una muestra de mi insignificancia, ya que toda mi altanería era ficticia. Puesto que aunque intentaba destacar, en ninguna de mis aspiraciones era bastante buena. Y sí, solía reconocer que no era buena, pero medio en burla por mis endebles esfuerzos en mis objetivos. Sin embargo, no cesaba en ningún momento de criticar siempre, siendo incluso inconsecuente con mis propias pretensiones, y esto es lo que demostraba realmente quién era, una persona mezquina, calculadora y tóxica para con sus allegados.

Pudiera parecer que esta es una de mis estratagemas para ganarme un perdón, o algún otro de los objetivos que me suelo proponer para mis propios objetivos. Pero nada más lejos, esto es solamente un perdón que me exijo a mí misma, una forma de auto expulsar mis pecados para sentirme mejor conmigo. Y tratar, si realmente me atrevo, de alcanzar una paz interna. Por supuesto quedaría muy bonito si prometiese un propósito de enmienda e intentase cambiar. No obstante, debo decir que me he acomodado a actuar así, e incluso puedo decir que me es una forma bastante productiva de actuar. Me gano a las personas con una falsa simpatía (llegando a usar mis encantos, e incluso mi propio cuerpo, de ser necesario), y cuando ya no me interesan, o convienen, a mis propósitos, las ataco y hablo mal de ellas hasta que ceso por aburrimiento, pero siempre tratando a mi adversario con total desdén y condescendencia.

Esa es la persona que soy, no me gusto a mí misma, y no trato de cambiar. Voy dañando por igual a la gente que me quiere, tanto como a la que me odia. Trato de aprender lo menos posible de la experiencia de la vida, porque considero que aunque soy imperfecta, la imperfección de los demás hace que rechace cualquier cosa por miedo a que me vean tan insignificante y débil como les veo yo, y como realmente soy, ya que me veo en ellos.

Posiblemente no soy buena persona, pero me conformo con ser quien soy, por la seguridad ficticia que me he montado en mi forma de actuar con los demás, que a mis ojos, al menos, me hace menos mala que los demás.